lunes, 26 de septiembre de 2011

El arte de ser impuntual

No es tan malo llegar tarde a todos lados. El tema es cuando los demás llegan temprano. Si te dicen que la clase empieza a las 9:00 que caigas 9:01 está perfecto. Y si caes 9:30 con un café de Mc Donalds para llevar en la mano también, ahí todo depende de qué tan caradura seas. Porque hay que ver si te importa o no que estés llegando a un lugar para la hora de la cena cuando te citaron para el almuerzo.  Si no te importa entonces ni sigas leyendo porque para vos el mundo es una dimensión irreal en la que la continuidad espacio-tiempo es en verdad un invento de los filósofos por tratar de explicar la razón de ser de las plantas. Básicamente.

@PorLiniers

Sin embargo, si de verdad te preocupa llegar para la segunda hora porque esos cinco minutos en la cama se te hicieron dos horas, entonces podrías sentirte identificada/o. Total, que llegar tarde no es taaaaan malo. Tiene sus ventajas vivir apurados. Una es que bajás de peso. No hay que hacer dieta, no hay que buscarse un horario para el gimnasio. Si llegas tarde es seguro que en algún punto del camino, te vas a pegar una corrida. Hay que pensar que llegar tarde te estresa. Ahí tenes por lo menos un kilo en estrés menos. Por otro, caminas rápido y eso te lleva a la corrida final. La que haces cuando sentís que las piernas ya no te dan, entonces pasas del paso corto rápido, cual jubilado que da vueltas a la plaza un lunes  a la mañana, a correr. Primero son centímetros, por vergüenza. Después ya haces un metro porque sentís que si caminas de vuelta te caes del cansancio. Y al final, ya te importa poco y nada y te mandas una carrera de 100 metros planos merecedora de un Oscar porque no sólo logras llegar, si no temprano, en punto a dónde estás yendo, sino que lo haces con mínimo 3 kilos de menos de cuando saliste de tu casa y un speech de puta madre para convencer a todos que no pudiste llegar antes porque el auto de tu vecino atropelló al gato de la de enfrente a la que cuando le dijeron lo del gato, se desmayó y vos eras la única con celular con crédito para llamar a la ambulancia y esperar a que viniera.